Ralph, el demoledor 2 o el virus de la masculinidad tóxica




* SÚPER SPOILERS, SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA Y NO QUIERES SABER QUÉ OCURRE EN ELLA NO SIGAS LEYENDO; DE LO CONTRARIO, ¡BIENVENID@S!

El pasado viernes se estrenó en las salas del país la segunda parte de Ralph, el demoledor y ha sido una de las películas más esperadas por el público infantil. Su deslumbrante animación, los efectos y los diálogos valen cada minuto de la película pero, ¿porqué?

Parece ser que Disney ha dado en el blanco dejando atrás a las figuras débiles y desamparadas, de sus anteriores obras, además de cuestionar el papel masculino de la historia siempre cedido a héroes o antihéroes pero, al fin, los focos principales eran ellos, los hombres.

Los que salvaban a la doncella en apuros, los que daban soporte a las peripecias de la princesa porque todo, final de cuento de hadas, es ser salvada por el príncipe azul que se enfrenta al monstruo, la bruja, el antagonista pero,

¿quién es el monstruo, quién el héroe y quién la doncella en apuros en esta animación?

Pero antes, dejemos bien claro algo. ¿Qué es la masculinidad y qué tiene que ver con una película infantil de dibujos animados?

La masculinidad es la construcción cultural de género que designa el rol de los varones en las sociedades patriarcales. Esta tiene varios rasgos: la valentía, la independencia, la fuerza, la virilidad, el triunfo, la competitividad, la auto represión de la afectividad y el libre ejercicio de la violencia hacia los que cree inferiores. Todo esto es lo que socialmente se espera de un hombre y es criado para ello desde la infancia.

En la película, Ralph tiene los atributos viriles que se esperan de un hombre: es alto, musculoso, competitivo, reprime sus afectos y hace uso de la violencia (por eso sus brazos y manos son tan grandes, son una referencia implícita)



Ralph tiene un sobrenombre: "El demoledor", incluso esa referencia está dentro de los parámetros de la masculinidad pues refiere a la violencia, la virilidad, la fuerza, la valentía. Este personaje es el perfil del macho alfa masculino.

En cambio, Vanellope es lo contrario. Es pequeña, es una princesa en el juego arcade de Sugar Rush Speedway, y es un Glitch. Aquí está lo interesante pues mucho del argot informátivo se enlanza intrínsecamente con estas problemáticas sociales. Un Glitch es un error que no afecta negativamente el rendimiento del programa o juego sino que es una "característica no prevista" del mismo...¿captan?

Regresemos a Vanellope. Fue la niña que "necesitaba" la ayuda de un hombre grande y fuerte para salvarse en la anterior entrega de Ralph; sin embargo, se destacó por ser otro "tipo" de princesa: era feroz, valiente, competitiva, buena estratega. Tiene atributos que en una mujer son considerados una "falla de origen", un "error" pues ellos remiten a una masculinidad, no a una feminidad. 

Es por eso que a Vanellope se le rechazaba entre las demás corredoras "normales" y, en esta segunda entrega, al viajar desde el Litwak's Arcade a través de la conexión WiFi que la lleva a ella, y a Ralph, a la dimensión de Internet, se le considera "peligrosa" (al inicio) en el mundo de Disney, por las demás princesas que la cuestionan.



Y aquí entra mi parte favorita del diálogo, un "amiga date cuenta" (qué odio un poco esa terminología empleada por otras feministas pero aplica), necesario para considerarla parte de las suyas:

"¿Y qué clase de princesa eres?", pregunta Pocahontas.
"¿Tienes pelo mágico?", sigue Rapunzel.
"¿Manos mágicas?", dice Elsa.
"¿Los animales te hablan?", añade Cenicienta
La respuesta de Vanellope a las preguntas de todas es “no”. Así que continúan:
"¿Has sido envenenada?", añade Blancanieves,
"¿Maldecida?", preguntan Tiana y Aurora,
"¿Secuestrada o esclavizada?", continúan Rapunzel y Bella.
Vanellope, que sigue respondiendo con negativas a todas sus preguntas,
comienza a ponerse nerviosa: "¡No! ¿Están bien? ¿quieren que llame a la policía?”.
Y entonces llega el giro del guión con una nueva pregunta de Rapunzel:
"¿Los demás piensan que tus problemas se acabaron porque vino un GRAN HOMBRE a salvarte?".
“¡Sí!”, contesta Vanellope exaltada, a lo que todas contestan a coro: “¡Sí, es una princesa!”.
Horrendo, ¿no? Pero es un gran diálogo contra el machismo con el que se han sacado un diez porque escenifica la variedad de violencias que los hombres, y la sociedad en sí, ejercen sobre las mujeres y que sólo podemos salvarnos, si un hombre decide hacerlo.

Mucho antes de este diálogo, y que se me había pasado mencionarles, está el que tienen Vanellope y Ralph entre los escombros de ladrillos del juego de él. Ahí Vanellope empieza a cuestionarse sobre la tranquilidad de su vida en los últimos seis años. 

Lo tiene todo, es la mejor jugadora, es la presidenta de Sugar Rush (pues no le gusta el título de "princesa"), tiene a su mejor amigo Ralph con quien, prácticamente, pasa todo su tiempo antes de ir a trabajar. 

Todo se vuelve una rutina tediosa y ella no puede con eso pues, como lo ha dicho anteriormente "correr está en su código", necesita nuevas experiencias y en el arcade todo se ha vuelto rutinario.

A Ralph parece no importarle mucho lo que ella siente y desea. Así que la reprime diciéndole que todo está bien porque están juntos. Se tienen el uno al otro y no necesitan nada más, ni nuevas experiencias, ni nuevos amigos. Nada, más que estar el uno para el otro.

Vanellope vuelve a la carga cuando su juego de Arcade es desenchufado. Cuestiona: "¿Qué soy sin Sugar Rush, sin ser una corredora? 

Está triste, ella se define por su código y su código es correr, ser la mejor corredora del arcade; sin embargo, Ralph, le revira: "Eres mi amiga"; es decir, eres mi posesión. 

No le interesa y no entiende lo que Vanellope desea porque su comodidad no se ve alterada. Vanellope lo ha perdido todo pero, en cambio, Ralph no ha perdido nada, su amistad sigue y no parece importarle lo que acaba de suceder. No ve en Vanellope una amiga, si no una posesión que mantiene su inseguridad ante el cambio.

Todo esto se trastoca cuando entran a la dimensión de Internet cuyo mundo es el cuádruple de ancho. Buscan Ebay para comprar el volante de jugador de Sugar Rush y en la peripecia conocen, y entran a escena, dos personajes nuevos: Shank y Yess.

Shank es una feroz y combativa corredora en el juego Slaughter Race. Ella es la dueña y señora de un hermoso auto por el que miles de internautas se internan en el juego para robarlo y cobrar miles de dólares, sin embargo, nadie ha podido ganarle. 

Incluso Vanellope que se enfrenta a una batalla cardíaca contra ella, no puede pero, Shank queda prendida de tan veloz y acrobática corredora y Vanellope piensa que ha encontrado su nuevo hogar y a su nueva mejor amiga.

Ralph ante este panorama decide apartar a Vanellope de la "mala influencia" de Shank y su decadente mundo en donde todo es peligroso, se viven aventuras diferentes cada día, y no es dulce y rosa como Sugar Rush.

Por recomendación de Shank y ante la terquedad de Vanellope terminan en BuzzzTube y conocen a Yess un algoritmo que es la jefa del sitio web para compartir videos. Yess le propone a Ralph volverse viral para conseguir el dinero del volante, a lo que Ralph acepta. Esta es la primera viralización de Ralph como algoritmo.

En esta parte podemos ver de que se trata la viralización: un video se vuelve viral cuando muestra el sufrimiento o la estupidez de una persona, o cuando son perritos o gatitos, no hay más.

Cuando Yess trata de cargar el último video para tener el dinero completo, Ralph lee los comentarios de los internautas, que lo insultan, lo minimizan, lo denigran, a lo que Yess le dice que, la primera regla de Internet al hacerte viral es esta: Nunca leas los comentarios.

La segunda viralización sucede cuando Ralph y Spamley visitan al primo de Gord, quien es un worm de la Dark Web (o Deep Web), y le piden meter un virus para destruir Slaugther Race. El worm les da un virus capaz de reduplicar cualquier falla o inseguridad de Internet sin detenerse con nada. Es el más potente y el único encargo que le da a Ralph es no perderlo de vista, lo cual Ralph hace de inmediato.

El virus primero reduplica el glitch de Vanellope en Slaughter Rice, como es una falla menor. El juego puede "limpiarse" reiniciándose pero al reiniciarse destruirá cualquier falla; es decir, a Vanellope.

Shank la pone a salvo junto con Ralph, quien al final entre lloriqueos y reclamos le confiesa haber destruido su felicidad en Slaughter Rice. Todo con tal de tenerla de vuelta. Además le exige ser la única fuente de cariño y amistad. Recrimina el abandono en que lo deja a pesar de que él está intentando salvarla. 

Vanellope, enfurecida se aleja de él pero el virus hace una revisión de Ralph y encuentra una "inseguridad del 100%" lo que, trasladado a un estado emocional que hace analogía con este argot web, es que Ralph es en verdad un personaje inseguro, llorón, posesivo y celoso que quiere aprisionar a toda costa a Vanellope. Mejor analogía no pudieron encontrar.

El virus se reduplica al infinito creando el virus más destructivo de Internet, el cual empieza a "demoler" toda la dimensión La masculinidad tóxica de Ralph es tan depredadora que consigue reduplicarse sin que nada la pare. 

Cuando Vanellope se topa con las réplicas virales de Ralph, se ven justo como él pero al hablarles ellas no responden sólo repiten "Amiga", "Amiga" "Amiga". Es tal la obsesión que sólo el monstruoso virus informático parará al tenerla a ella.

Aquí, y en varias partes de la animación, entra la parodia. En primero, a Matrix, cuando Vanellope canta encontrando su canción por medio del agua, recuerda a La, La, Land y en esta fase a King King. El monstruoso virus de Ralph trepa por los edificios de Google, Youtube y Facebook para atrapar a Vanellope. 

La única salida para destruir el mega virus es que Ralph sane su propia inseguridad. Él mismo, no Vanellope, Yess o las princesas. Sólo dándose cuenta de que amigo tan tóxico puede ser es que Ralph destruye al virus y logra salvar el Internet.

Al caer desde lo alto, ¿adivinen quién salva al hombre grande y fuerte? Pues, claro: las princesas. Cada una con su singular poder, o debilidad, salva al que sería el héroe de la película.

Sólo enfundado en un vestido y despertando con el beso de un sapo es que Ralph puede revivir y volver al lado de su amiga, Vanellope.

Al final, el aceptar sus inseguridades y trabajar en ellas permite a Ralph ser en verdad un aliado. Es libre él para vivir su vida y deja a Vanellope ser, aceptándola como ella es y dándose cuenta de que pertenece a otro mundo, Slaughter Race, en donde Shank la activa como corredora oficial de las carreras.

Disney ha dado un paso gigantesco en cuanto al mundo que enseña a niños, y grandes. Se ha actualizado. Ha remendado años de masculinidad tóxica y de violencias de género hacia las mujeres. Queramos, o no, Disney nos enseñó muchos de los patrones que hemos desarrollado socialmente. 

Ahora es tiempo de dejar de ser princesas, si no ser las presidentas de nuestra propia vida, las mujeres fuertes y audaces que construirán un mejor futuro.












Comentarios

  1. Quisas sea muy tarde, pero muy tarde para dejar mi comentario, pero igual, te lo tejo. No sé qué película, habrás visto para decir que hay masculinidad tóxica en esta película, mientras que los críticos muestran en la película como es la amistad tóxica, tú debes ser la única que ve la masculina tóxica hasta en la sopa. No soy antifeminista ni nada, creo que las mujeres merecen muchas cosas que se les ha negado durante la historia, pero creo que de cine estás un poco corta.

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